Se acerca final de año, de un año
muy feliz para este que os escribe. Un año cargado de emociones, de mucho
trabajo, de amistad. Un año que para mí no comenzó el día uno de enero del
presente que finalizamos en días, sino un diecisiete de septiembre del año dos
mil once, donde una mujer, y digo mujer porque estaba más humana que nunca, nos
recibía en la Parroquia con sus manos entrelazadas bajo un palio de historia
que lleva bordados los sentimientos de tantos y tantos hermanos que se fueron y
que ya están a su lado. Ahí comenzó ese “feliz año nuevo” para mí.
En este particular “año”
disfrutamos con los niños y niñas en una Jornada de Juegos donde estrechamos
lazos junto a la Ella, porque Ella era el centro, el punto de encuentro, el
motivo de que nos divirtiésemos, jugásemos, riésemos con los más pequeños y
pequeñas de nuestro pueblo.
Llegó la Navidad, fecha en que
celebramos la fiesta del nacimiento de tu Hijo, Jesús, y que de nuevo compartimos
con la sonrisa de los niños y niñas en la visita de la Cartera Real y de llevar
por bandera el logotipo de tu aniversario en una carroza llena de sobres sobre
un mar de ilusiones depositadas en un Buzón, carroza que estalló de alegría al
pasar ante las puertas abiertas de nuestra Capilla, que acogía el Belén
Benéfico Cofrade en todo su esplendor, ubicado bajo las trabajaderas del paso
de nuestro Cautivo, y rodeado por las luces de la candelería de nuestra Madre.
Belén que sirvió para recaudar fondos para la querida asociación casaricheña
Crisol Aydis a la que tanto cariño le tenemos. A su vez, la campaña de recogida
de alimentos “1 kilo, 75 razones” nos hizo trasladarnos a los ancianos pobres
de Antequera, ancianos de los que recibimos mucho cariño y espero que ellos
sintieran lo mismo de nuestra parte.
Semanas antes de Navidad recibí
una noticia muy especial, y que vio su fruto a principios de marzo con la
Presentación Oficial del Cartel Conmemorativo del aniversario de Nuestra
Señora, noticia que desde la propuesta a su autor, Antonio García, acogió de
forma positiva. ¡Cuantas vueltas le darías a la cabeza para plantearlo! ¡Y qué
obra nos has dejado! Gracias por todo Antonio.
Metidos en Cuaresma, ante un
renovado cuartelillo tienen lugar las elecciones de nuestra Hermandad,
elecciones donde un gran amigo, Jesús, es elegido como nuevo Hermano Mayor y me
escoge para estar junto a él en esta delicada tarea, tarea que sé que, junto a
un gran equipo, llevamos por lo menos con ganas e ilusión, y que en junio, una
gran Junta de Gobierno no sale, sino que incorpora una nueva generación para
trabajar de forma conjunta.
Es en Semana Santa cuando vino la
nota triste de este feliz año, un Jueves Santo lleno lágrimas del cielo, y que
rompieron el corazón de todos/as nosotros/as. ¡Ya mismo está septiembre aquí!,
se escuchaba, pero la otra mitad de nuestro corazón no estaría en la calle. Es
aquí cuando Nuestro Padre Jesús Cautivo nos iluminó y quiso prenderse de la
mano de su Madre en ese septiembre que se escuchaba de fondo como consuelo.
Empieza a llegar el buen tiempo,
y… las banderolas, cuantas tardes en torno a las banderolas, banderolas que ese
gran grupo de mujeres y hombres se dedicaron a realizar, cosiendo y pintando,
sacando el tiempo de donde no lo había, escogiendo diseños, llevando y trayendo
máquina, tela para arriba y tela para abajo, pero haciéndolas con un gran amor
para acoger a la madre de los casaricheños y casaricheñas.
En abril, el buen ambiente que
hubo en el Campeonato de Fútbol-7 “Ntra. Sra. de los Dolores” hizo que ese
compañerismo, esa deportividad, esa hermandad entre Hermandades y Asociaciones
guiaran meses más tarde los pasos de la Madre de Dios.
Estamos de Feria, y un gran logo
azul y blanco invade el techo de La Nuestra, un cielo donde acoger los
volantes, las sevillanas y las ilusiones que ya se notaban en las miradas de los
allí presentes.
Y llega septiembre, mes de
Dolores, mes de la Virgen, mes de la Señora, mes donde tuvo lugar uno de los
días más y mejor vividos de mi vida. Un magistral pregón por parte de Inma
Gómez dio comienzo a los actos centrales del Aniversario, tras el cual un
multitudinario traslado y besamanos hacían que sintiésemos uno de los mejores
presagios para el sábado que le seguía.
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, fecha mágica, fecha marcada ya en el calendario del corazón de
todos los casaricheños y casaricheñas. Amanece un pueblo con sus mejores galas,
calles limpias y adornadas, farolas engalanadas con flores y banderas, calles
llenas de altares, adoquines en blanco y azul, mantoncillos, colchas y
banderolas en los balcones, flores en las aceras, columnas para acoger tus
andares…
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, una mañana de vaivén en las peluquerías, mantillas que buscan sus
últimos broches y detalles en mercerías y tiendas de complementos, entrada y
salida ante ti en tu Templo para verte ya en tu palio, preparación de los
últimos detalles…
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, se abre la puerta de la Parroquia, la gente empieza a reunirse ante
ti representada por tu Estandarte acogida y rodeada por los niños pasionarios
del paso de tu Hijo…, llegan las Hermandades, Asociaciones y Colectivos tanto
locales como vecinos, se celebra una Eucaristía en tu Honor…
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, suenan tambores y cornetas que abren tu paso, tras el cual todas
las Hermandades y Asociaciones presiden tus andares, un centenar de mantillas
acompañan no tu dolor, sino tu alegría de que un pueblo espere ver tu mirada…
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, Fe Costalera abre tu caminar sobre la cuadrilla de costaleros más
numerosa congregada bajo tus plantas para llevarte con toda su devoción y amor,
cruzas el umbral hacia el Cielo, y pasas ante un gran logotipo que nos ha
acompañado durante este feliz año…
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, un pueblo se pone a tus plantas para proclamarte portadora
Honorífica de la Medalla de la Villa de Casariche, que días antes te habían
concedido por unanimidad en Pleno Extraordinario, medalla que luces con orgullo
y para el orgullo de todos los que en ti confiamos, siendo nuestra Madre y
Señora de los Dolores, marcha que sonó tras este emotivo acto ante nuestro
Ayuntamiento….
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, día en que recorriste nuevas calles y barrios que te esperaban con
los brazos abiertos, calles y barrios abarrotados de gentío que vinieron a
conocerte, de gentío que siempre estuvieron a tu lado, de gentío que desde ese
día no se separarán de ti. Gentío no solo en las calles, sino también en la
mayoría de negocios locales que vieron en ese día un alivio en los tiempos que
corren…
Y por fin llegó… 15 de
septiembre, miradas ante tu semblante que era distinto ese día, ese día no
llorabas, sonreías…, ese día no prendías un pañuelo, llevabas a tu hijo Cautivo
en ese escapulario de cruz trinitaria…, ese día no lucías solo tus joyas,
llevabas esmeraldas nazarenas, florecillas encarnadas, roca obrera del monte
Calvario, corona de espinas del dormido semblante de tu hijo, palma de triunfo,
perfumado romero y doradas espigas…, ese día no te alumbraba tu candelería, te alumbraba
la luz del amor de cada uno/a de tus hermanos/as y devotos/as que llevabas a
tus plantas derramando cera…, ese día tu negro palio no era de luto, era de
noche estrellada, noche de luna…, ese día tu manto no solo resguardaba tu
figura, sino que acogía a todos/as aquellos/as que buscan en ti refugio…, ese
día no llevabas un llamador, llevabas la mano de un capataz que se despedía de
él de forma emocionada…, ese día no llevabas simples personas ante ti, llevabas
la verdadera imagen de trabajo, de amistad, de colaboración, de entusiasmo, de
ilusión y sobre todo de Amor hacia Ti, Señora de Casariche, para que este día
que por fin llegó, ese 15 de septiembre de 2012, fuese un día que será recordado
por Casariche como el día en que una Madre conquistó los corazones de un
pueblo.
75 años contigo, pequeña frase, y
qué de recuerdos… esa frase que se abraza a las muñecas de un pueblo que con Ella estuvo, está, y estará
siempre. Felices Fiestas y que cada uno de los días de vuestras vidas se
acerquen lo máximo a ese día de amor y felicidad que este año hemos disfrutado.
Manuel
Pozo.