viernes, 6 de mayo de 2016

Llegó nuestro Jueves Santo.

En la mañana del Jueves Santo, fueron muchísimos los fieles que se acercaron a visitar a Nuestro Padre Jesús Cautivo y a Nuestra Señora de los Dolores ya en sus pasos procesionales a la espera de la llegada del atardecer.

A las 5 de la tarde se empezaron a concentrar en nuestra Casa-Hermandad los costaleros para recibir las últimas directrices de sus capataces y para realizar el retranqueo de los pasos.

Del mismo modo, a las 6 eran los nazarenos los que se empezaban a concentrar en la calle Concepción Arenal para formar las filas.

Eran las 18,40 cuando llegó uno de los momentos más emotivos. Dentro de la Capilla se concentraron ante nuestros Sagrados Titulares todos los costaleros y equipo de capataces de la Hermandad. Una poesía escrita desde el corazón de una madre que ha perdido a su hijo en este año hacía que el capataz de nuestro Señor Cautivo con voz rota emocionase a los asistentes y rompieran en un gran aplauso como agradecimiento a nuestro costalero Juan Muñoz, fallecido recientemente.

Pasados unos minutos de las 7 de la tarde, sonaba la llamada a las puertas de la Capilla que se abría despacio dejando ver y abrir el caminar de nuestra Cruz de Guía. La primera levantá de nuestro Padre Jesús Cautivo fue dedicada a él, que con su costal y un ramo regalado por sus compañeros de cuadrilla a los pies del Señor se hacía presente en su Jueves Santo. Nuestro Padre salió en completo silencio, en señal de luto por su pérdida.

Con los sones de “La Pasión” interpretada por la Banda de Cornetas y tambores “Nuestra Señora del Prado- La Pasión” de Ciudad Real nuestro Padre hacía su llegada a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Mª Stma. de la Esperanza, donde sus hermanos nos esperaban.

Pasadas las 19,30 horas hacía su salida Nuestra Señora de los Dolores a los sones de la Agrupación Musical “Santa María la Blanca” de La Campana, Sevilla. Una petalada desde los balcones de nuestra Casa-Hermandad hizo de éste un momento mágico. Rosas, fresias y astromelias adornaban este año nuestro paso de palio, palio que a paso lento llegaba al encuentro con la Hermandad de Jesús.

Pronto anocheció, y la noche se hizo luz al paso de nuestra procesión con los cirios totalmente encendidos. Nuestro Cristo se volvió a encontrar como cada Jueves Santo en Triana con su Madre, donde una levantá conjunta rompió los aplausos de los allí concentrados.

Minutos antes de las 10,45 horas, dos hermanos de nuestra Cofradía se acercaron al Palco de Autoridades para pedir “la venia” para poder entrar en Carrera Oficial y así continuar con nuestra Estación de Penitencia. Destacar el trabajo de las cuadrillas y sus capataces que realizaron unas revirás y chicotás sublimes durante todo el recorrido, pero sobre todo al paso de la misma.

Dos petaladas más tuvieron lugar para nuestra Madre, una al paso por el palquillo de la Carrera Oficial y otra regalada por una familia devota al entrar en la calle Medico Gómez de las Cuevas.

De nuevo, la oscuridad invadió el final, las últimas chicotás llegando a nuestra Capilla con el alumbrado público totalmente apagado fijaban las miradas de todos en el rostro de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de los Dolores. La emoción inundaba el ambiente cuando Nuestro Padre cruzó el umbral del Templo a los sones de la Marcha Real. Y llegó otro de los momentos inéditos de este Jueves Santo. Nuestra Madre, con la elegancia que la caracteriza, se acercaba a la puerta de la Capilla y Nuestro Padre la esperaba casi bajo el dintel de la puerta. Nuestra Señora se puso frente a Él, donde su capataz arrió el paso. Tras los golpes de llamador, el capataz con estas emocionadas palabras dedicó la levantá: “…delante de su Cautivo, le vamos a pedir que lo tenga en el mejor sitio del Cielo, y que con su eterna sonrisa, no le falte de nada, esta levantá va por el Marqués…”. Un emocionado aplauso hacía homenaje público a este costalero que nos ha dejado.

La Virgen frente a frente a sus fieles, empezaba a entrar en la Capilla dando por finalizada nuestra Estación de Penitencia 2016.

Desde estas líneas agradecemos a todas las personas que han hecho posible este maravilloso Jueves Santo, a nuestros hermanos nazarenos, por su compostura y buen estar, a nuestros capataces y costaleros por su buen hacer, a las Bandas por poner magníficamente las notas de pasión tras nuestros pasos, y a aquellas personas que desde el anonimato y desde fuera de la procesión nos ayudan a engrandecer nuestra Estación de Penitencia.


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